En el mundo del diseño web, existen dos términos que suelen confundirse: la experiencia del usuario y la usabilidad. Ciertamente, parecen intercambiables en ciertos contextos puesto que ambos miden o hacen referencia a la facilidad con la que se explora una página en Internet. Sin embargo, el primer término es mucho más complejo y, por ende, conlleva mayor minuciosidad.
Al crear una página web, debemos tener en cuenta dos objetivos: que posicione bien y que ofrezca un nivel alto de experiencia del usuario. De hecho, cada uno, por sí solo, influye en el otro, por lo que mejorarlos siempre conduce a resultados positivos de visibilidad. Pero ¿cómo hacerlo? ¿Cómo garantizar la satisfacción de los visitantes que accedan a nuestra web? Como expertos, ofrecemos algunos consejos.
Mide las Core Web Vitals cada cierto tiempo
Este primer consejo hace mención de un término relativamente nuevo, pero capaz de iluminar el camino a seguir en la mejora de la experiencia del usuario. Nos referimos a las Core Web Vitals, una serie de métricas de Google que miden tres de los factores más influyentes en ello; estos son el tiempo de carga, la estabilidad visual y la interactividad.
Largest Contentful Paint (LCP) mide lo que tarda una página web en cargar su contenido visual de mayor tamaño. El tiempo mínimo para ello debería ser de 2,5 segundos; si este valor se incrementa, entonces la experiencia del usuario se verá afectada, por lo que hay que aplicar correcciones. Una lógica similar aplican las otras métricas First Input Delay (FDI) y Cumulative Layout Shift (CLS).
El FDI mide la interactividad, o de forma más simple, la respuesta de la página a los estímulos del visitante; lo recomendable es que no exceda el valor de 100 para garantizar una buena experiencia del usuario. Y el CLS mide la cantidad de cambios inesperados en el diseño del contenido visual, cuyo calor debe ser de 0,1 o menos para este mismo cometido.
Proporciona una interfaz intuitiva y armónica a la vista
En el pasado, las páginas web no eran tan sofisticadas como las que vemos ahora. Solían seguir estilos muy genéricos y realmente casi todas se parecían. Con el paso del tiempo y el auge de Internet, las cosas cambiaron y el diseño web se volvió casi tan importante como la optimización del contenido. Tan importante que influye en la experiencia del usuario y, por ende, en el posicionamiento.
Con base en ello, es válido seguir las recomendaciones habituales: colocar el menú principal en la parte superior de la página; incluir una barra de navegación y un buscador; colocar logo de la marca en la esquina superior derecha; enlaces a redes sociales y básicamente todos los enlaces que faciliten la búsqueda de información que pueda mejorar la experiencia del usuario.
Siempre vela por una velocidad de carga elevada
Al entrar a una página web, uno de los aspectos que más valoramos es la posibilidad de visualizar el contenido de inmediato. Esto no quiere decir que toda la información deba estar visible en una misma ventana; quiere decir que los menús que dirigen a ella deben estar visibles y responder rápido a los clics. Si hay algo que puede desesperar a una persona es una web que tarda minutos en mostrar lo que le pedimos.
Por ello, uno de los aspectos clave para mejorar la experiencia del usuario es la velocidad de carga de la web. En cuanto a cómo, pues los expertos recomiendan retirar elementos que no suman realmente a dicho objetivo, como plugins de poco uso. También sirve minificar los scripts, es decir, eliminar caracteres innecesarios sin alterar la funcionalidad del código de fuentes.
Crea una versión de tu página web para móviles
Hoy en día los teléfonos inteligentes están a punto de sustituir a los ordenadores, por lo que no debemos omitirlos en estas tareas. Es conveniente crear una versión para móviles tan funcional como la web para pantallas más grandes; debe lucir armónica, los menús deben ser accesibles y deben cargar rápido. No hacerlo afecta la tasa de rebote, es decir, las veces que un visitante abandona el sitio.
Optimiza el contenido de la página
Antes, ni los buscadores ni los internautas exigían mucho a lo que escogían en Internet, pero los tiempos han cambiado. Gracias a ello podemos disfrutar de artículos y publicidad bien pensada al navegar. Los errores ortográficos y las frases clichés no son bienvenidas. Si tienes un blog, no dejes de optimizar el contenido según los parámetros SEO pues esto también mejora la experiencia del usuario.
Monitorea tu web con frecuencia y corrige errores
Por último, un consejo muy similar al planteado al inicio: monitorear el desempeño de la web con frecuencia. Incluso si hemos invertido en el mejor host y dominio, los errores pueden ocurrir y afectar la experiencia del usuario. Detectarlos a tiempo y corregirlos es indispensable, no solo porque evitará rebotes; también porque indicará a los visitantes que hay diligencia e interés por ofrecer un buen servicio.